Ayer volví
a escuchar en clase una frase que yo suelo decir bastante: hay que tener amor
por las cosas que hacemos.
Yo creo
que en cualquier ámbito de la vida hay que hacer las cosas con amor, pero
sobretodo en el empleo que puede ocupar el resto de tu vida. Normalmente una
persona se forma en una profesión y es importante elegir bien cuando estudias o
empiezas a trabajar. En mi caso, con 18 años terminé de estudiar topografía y
empecé a trabajar, con el paso del tiempo me di cuenta de que ese trabajo no
era lo mio, no estaba preparado para afrontar lo que significaba estar fuera de
casa y sin destino fijo por más de un año. Aún así cuando ya estás
independizado y lejos de casa es muy difícil dar el paso de dejar de trabajar
para cambiar tu profesión. Yo hice de mi debilidad una fortaleza y cuando por
desgracia me quedé sin trabajo vi la oportunidad de oro para poder dedicarme a
lo que realmente me apasionaba… y aquí estoy hoy, estudiando imagen.
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