Ayer no
pude ir a la clase de Luis porque debido al claustro empezamos a hacer la
sesión de fotos a las seis de la tarde y solo con el maquillaje y la
escenografía se nos fueron más de 40 minutos.
Se
supone que hoy no debería escribir entrada aquí, pero la situación de ayer me
ha hecho reflexionar sobre las empresas también. A veces es imposible
controlarlo todo y pasan cosas como la de ayer, uno piensa que el tiempo de
preparación es menor y luego se alarga. En términos económicos, si la de ayer
fuera una sesión por la que yo hubiera cobrado, seguramente habría ganado menos
dinero del esperado puesto que el alquiler del equipo y del estudio habría sido
más caro y eso me lleva a pensar que, si no todo, hay que tener controlado lo
máximo posible las circunstancias, y en algunos casos posponer la sesión a otro
día donde tú seas el dueño de tu tiempo.