Un anuncio de televisión es muy complicado de hacer básicamente por el tiempo, pero también es su gran ventaja si lo hacemos bien, en unos 15 o 20 segundo tenemos que ser capaces de llamar la atención del espectador y una vez conseguido esto, inculcarle un mensaje claro y conciso. Es importante que lo primero no eclipse a lo segundo porque corre el riesgo de que poca gente consiga relacionar la idea del anuncio (aunque te llame la atención) con el producto que queremos vender. Un ejemplo claro de esto es la campaña actual de “limón&nada” en el que la mayoría de la gente se acuerda del niño gritando “un palo, un palo…” pero poca gente relaciona esa campaña con el producto final: un refresco de limón.
En este caso y desde mi punto de vista creo que la anécdota del niño abriendo el regalo y gritando, consigue la atención del espectador y que la gente recuerde el anuncio, pero a su vez eclipsa por completo al producto anunciado.
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