Ayer en
clase me llamó la atención las referencias que Luís nos hacía a intentar varias
veces crear una empresa que funcione. Bien, a mí en este tema en particular hay
varias cosas que me dan un poco de… “respeto”, podríamos decir. Es cierto que
es muy complicado que un negocio funcione bien a la primera, y que eso no debe
hacernos pensar que somos unos fracasados personalmente, pero, en la situación
actual del mercado laboral en España la mayor parte de las empresas que
empiezan lo hacen apostando todo el patrimonio personal de las personas y si
ese negocio no funciona, la “bofetada” psicológica que recibimos es tan fuerte
que cuesta mucho volver a levantarse, sobretodo en un país en el que la frase
más repetida y triste es “virgencita, que me quede como estoy”.
Es
realmente triste para una persona como yo darse cuenta de la cultura pesimista
que tenemos inculcada desde pequeños por nuestros padres y abuelos, pero
sobretodo es triste ver lo que nos cuesta a las personas cambiar de actitud y
salirse de lo que yo llamo la “vida establecida”.
Hace 40
años la vida que planeaban nuestros padres o abuelos era la siguiente (la
mayoría de las veces): busco un trabajo estable, me compro una casa, me caso,
tengo hijos y… fin de la historia, el resto del tiempo es dejarse llevar.
Actualmente ese tipo de vida para la mayoría de personas es inviable: es muy
complicado encontrar un trabajo estable, comprarse una casa es difícil… en
definitiva lo que tenemos que asumir es que no podemos planear nuestra vida de
antemano como hacían antaño, ahora nos tenemos que adaptar a cada situación
mucho más rápido y ser mucho más emprendedores.
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